Las medias móviles son una de las principales herramientas de que disponemos para poder detectar una tendencia. Además, también son utilizadas para determinar el momento y dirección de una entrada.
Veamos, primero, en qué consiste una media móvil simple: Cuando observamos la acción del precio, éste va cambiando conforme avanza el tiempo. Necesitamos, por lo tanto, una herramienta que contemple las últimas observaciones y que a la vez se desprenda de las primeras que tuvimos en cuenta. Eso es lo que, precisamente, hace la media móvil. Si tenemos una media móvil de 10 sesiones, al final de la décima sesión, la media será igual a la suma del precio de las diez sesiones dividido por diez. En la undécima sesión consideraremos los precios de la segunda, tercera… y así hasta la undécima sesión, todo dividido por diez; por lo tanto habremos prescindido de la primera e incluido la undécima. Y así, sucesivamente.
En ocasiones, se usa para ello el cruce de la línea de precios con la media móvil. En otras, se utilizarán dos medias; una rápida de de pocas sesiones y otra más lenta que abarcará un número superior de sesiones. El cruce de la media rápida sobre la lenta marcará la entrada, tanto para operaciones cortas como largas. El número de sesiones de cada media dependerá de la operativa de cada uno, aunque se utilizan mucho combinaciones como 4 y 18, 20 y 40, 30 y 59…
En la imagen superior, hemos utilizado dos medias móviles (30 y 59). Siempre, la media más rápida corresponderá al periodo inferior, ya que irá más ajustada al precio. La señal de compra (C) se dará cuando ésta cruce la media más lenta hacia arriba; de manera similar, la señal de venta (V) vendrá dada por el cruce hacia abajo de las dos medias. Como podemos comprobar, el problema de esta herramienta reside en que la señal se produce con un cierto retardo, con lo cual, en ocasiones puede resultar un poco tardía para lograr sacarle beneficios a la operación.